En primer lugar me gustaría dar las gracias a todos por la gran cantidad de nuestras de cariño y apoyo que nos habéis trasladado tanto a su familia como a sus compañeros, confederación de CCOO, federación de Industria de CCOO, ayuntamiento de Alicante y un a largo etc…
Hoy es un día triste, un día complicado para toda la familia de Aludium, los trabajadores y trabajadoras de la fabrica del aluminio hemos pasado momentos muy difíciles pero siempre con trabajo, unidad y lucha hemos ido saliendo adelante, yo lo tengo claro, lo más valioso de nuestra planta son sus trabajadores y trabajadoras y hoy se nos va un pilar fundamental de nuestra familia.
Mari Carmen, Marisindi como la llamábamos cariñosamente los compañeros y amigos, porque con los años que llevábamos trabajando juntos ya no solo éramos compañeros, éramos buenos amigos.
Hoy estoy abatido, dolido, rabioso y triste pero al a vez contento, orgullo muy orgullo de haber tenido la oportunidad de coincidir en el camino contigo.
Una mujer luchadora por su familia, por sus compañeros y por su fábrica a la que tanto quería. Esa fábrica por la que tanto lucho y amo, hoy nos la ha arrancado de nuestro lado.
Dentro de tus responsabilidades en el comité de empresa y en las CCOO siempre intentaste hacerlo lo mejor posible, siempre estuviste a mi lado.
Recuerdo mil anécdotas contigo, los viajes con los hijos de nuestros compañeros, los críos te adoraban, cientos de reuniones de comité, de CCOO, viajes a Valencia, Madrid etc…
Te acuerdas la miles de veces que te decía “Mari has pedido la palabra” “pues entonces cállate” te encantaba intervenir sin orden, ojala pudiera seguir diciéndotelo.
Te acuerdas la miles de veces que te decía “Mari has pedido la palabra” “pues entonces cállate” te encantaba intervenir sin orden, ojala pudiera seguir diciéndotelo.
Y qué decir de tu alegría, siempre con una sonrisa en la cara con tu peculiar tono de voz, que sepas que se me ha quedado grabada en mi cabeza.
A partir de mañana ya nada va a ser igual en nuestra fábrica, tu despedida va a marcar un antes y un después, no sé el tiempo que tardaremos en supéralo, olvidarlo nunca, nunca te vamos a olvidar.
Ese hueco que nos dejas va a ser imposible de suplantar.
Mari que sepas que vamos a seguir luchando a tope por tú fábrica y no te preocupes por Marcelino, Pastor, Isa y toda la tropa que voy a estar encima de ellos, te lo prometo.
Solo te voy a pedir un último favor que allí donde estés nos sigas echando una mano.
Hasta siempre compañera, compañera del alma.