Manifestaciones en contra de las férreas políticas de austeridad de la Unión Europea
‘Por una Europa más social y democrática’ es el lema que recorrerá las principales ciudades del país. Los sindicatos europeos han convocado manifestaciones para reclamar políticas para crear empleo y de protección social. En Valencia, Alicante y Castellón se celebrarán el día 15 de junio
Valencia comenzará a las 18:00 desde la Plaza San Agustín.
Alicante empezará a las 18:30 con inicio en la Avenida de la Estación (puerta Diputación).
Castellón, la manifestación partirá a las 19:00 desde la calle San Luis. (Pza. Las Aulas)
Alicante empezará a las 18:30 con inicio en la Avenida de la Estación (puerta Diputación).
Castellón, la manifestación partirá a las 19:00 desde la calle San Luis. (Pza. Las Aulas)
Los sindicatos tienen alternativas a las políticas de austeridad.
La Confederación Europea de Sindicatos, de la que forman parte CCOO y UGT, ha convocado una semana de movilización en el mes de junio para reclamar una Europa con fuerte dimensión social y urgentes políticas para reactivar la economía y la creación de empleo. En España se celebrarán manifestaciones en las principales ciudades del país, el 15 y el 16 de junio, según las comunidades autónomas.
En el País Valenciano, se celebrarán manifestaciones en Valencia, Alicante y Castellón, el día 15 de junio.
Los sindicatos han convocado estos actos de protesta para trasladar las siguientes prioridades:
- Establecer un ‘Programa de Recuperación Europeo’, indispensable para restaurar el crecimiento sostenible y combatir el desempleo. La UE no se reduce a una zona de libre cambio. Su objetivo debe ser el pleno empleo y el progreso económico y social.
- Acabar con los recortes en el gasto público, la protección social y los salarios, porque son injustos, aumentan el desempleo, las desigualdades y la pobreza, y agravan la recesión.
- Apostar por un cambio de modelo productivo. Poner fin a una competitividad basada en bajos salarios y condiciones laborales precarias.
- Inversiones para un crecimiento y empleo sostenibles.
- Promover el diálogo social y la negociación colectiva en todos los ámbitos.
- Instaurar una fiscalidad gradual y redistributiva sobre los ingresos y la riqueza. Acabar con los paraísos fiscales, la evasión de impuestos, el fraude fiscal, la corrupción y el trabajo no declarado.
- Reforzar las redes de protección social para atender a las personas que peor lo están pasando con la crisis.
- Preservar el consenso sobre nuestro sistema público de pensiones.
LLevamos tres años de políticas de fuertes recortes sociales, y los resultados no pueden ser más desalentadores: varios países de la UE están en quiebra económica, el paro no deja de crecer, el modelo social cada día más debilitado y los derechos sociales bajo mínimos. El Gobierno de Mariano Rajoy ha seguido con entusiasmo las recetas de la Unión Europea y de radical contención del déficit.
La ciudadanía paga las consecuencias
La inmensa mayoría de la sociedad española, especialmente los sectores más desfavorecidos, es la que pagan las consecuencias: 6,2 millones de personas en paro, 2 millones de hogares con todos sus miembros en el desempleo, un aumento de la pobreza hasta el 27% de la población que aboca a la exclusión social a sectores amplios de la misma, y una tasa de paro entre los jóvenes ya cerca al 60%. Sin olvidar el acusado deterioro de los servicios públicos y del Estado de bienestar, la eliminación de derechos y la creciente desigualdad que estas políticas están generando en la sociedad española.
La Unión Europea no puede seguir así. Su incapacidad para tomar decisiones y para disponer de políticas supranacionales orientadas a enfrentar la crisis económica y política por la que atraviesa Europa, especialmente los países del sur, está provocando una sostenida respuesta social y laboral y, lo que es peor, una creciente desafección de la ciudadanía ante unas instituciones cada vez más alejadas de la realidad.
En el País Valenciano, se celebrarán manifestaciones en Valencia, Alicante y Castellón, el día 15 de junio.
Los sindicatos han convocado estos actos de protesta para trasladar las siguientes prioridades:
- Establecer un ‘Programa de Recuperación Europeo’, indispensable para restaurar el crecimiento sostenible y combatir el desempleo. La UE no se reduce a una zona de libre cambio. Su objetivo debe ser el pleno empleo y el progreso económico y social.
- Acabar con los recortes en el gasto público, la protección social y los salarios, porque son injustos, aumentan el desempleo, las desigualdades y la pobreza, y agravan la recesión.
- Apostar por un cambio de modelo productivo. Poner fin a una competitividad basada en bajos salarios y condiciones laborales precarias.
- Inversiones para un crecimiento y empleo sostenibles.
- Promover el diálogo social y la negociación colectiva en todos los ámbitos.
- Instaurar una fiscalidad gradual y redistributiva sobre los ingresos y la riqueza. Acabar con los paraísos fiscales, la evasión de impuestos, el fraude fiscal, la corrupción y el trabajo no declarado.
- Reforzar las redes de protección social para atender a las personas que peor lo están pasando con la crisis.
- Preservar el consenso sobre nuestro sistema público de pensiones.
LLevamos tres años de políticas de fuertes recortes sociales, y los resultados no pueden ser más desalentadores: varios países de la UE están en quiebra económica, el paro no deja de crecer, el modelo social cada día más debilitado y los derechos sociales bajo mínimos. El Gobierno de Mariano Rajoy ha seguido con entusiasmo las recetas de la Unión Europea y de radical contención del déficit.
La ciudadanía paga las consecuencias
La inmensa mayoría de la sociedad española, especialmente los sectores más desfavorecidos, es la que pagan las consecuencias: 6,2 millones de personas en paro, 2 millones de hogares con todos sus miembros en el desempleo, un aumento de la pobreza hasta el 27% de la población que aboca a la exclusión social a sectores amplios de la misma, y una tasa de paro entre los jóvenes ya cerca al 60%. Sin olvidar el acusado deterioro de los servicios públicos y del Estado de bienestar, la eliminación de derechos y la creciente desigualdad que estas políticas están generando en la sociedad española.
La Unión Europea no puede seguir así. Su incapacidad para tomar decisiones y para disponer de políticas supranacionales orientadas a enfrentar la crisis económica y política por la que atraviesa Europa, especialmente los países del sur, está provocando una sostenida respuesta social y laboral y, lo que es peor, una creciente desafección de la ciudadanía ante unas instituciones cada vez más alejadas de la realidad.
